El entramado usaba a menores como pilotos y actuaba desde Ceuta, Ibiza y Algeciras (Cádiz), recurriendo a pisos de seguridad
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La Policía Nacional ha dado por desarticulada una organización criminal que fletaba embarcaciones desde Marruecos, en muchas ocasiones pilotadas por menores, para lucrarse operando en la zona del Estrecho de Gibraltar mediante el tráfico irregular de al menos 200 personas y de la conocida como "droga de los pobres".
La operación, desarrollada en colaboración con Europol, ha permitido desmantelar una organización que presuntamente se dedicaba a lo que se conoce como "cargas mixtas", ya que porteaban a personas y también sustancias estupefacientes.
Según ha informado la Policía Nacional, la red estaba asentada en la ciudad autónoma de Ceuta y en la localidad de Algeciras (Cádiz) y utilizaba embarcaciones de fibra pilotadas en muchas ocasiones por menores de edad para transportar migrantes y droga desde Marruecos hasta España.
HASTA 14.600 EUROS POR EL 'PACK COMPLETO'
Cada migrante podía pagar hasta 14.600 euros si accedían al "pack completo" que incluía todos los desplazamientos y estancias entre el país africano y España u otros países europeos.
A la red desarticulada se les considera responsable de la entrada clandestina de al menos 200 migrantes marroquíes y, solo con el tráfico de personas, la organización habría obtenido más de dos millones y medio de euros de beneficios, según el cálculo de la Policía Nacional.
Durante la operación policial se ha procedido a la detención de ocho personas, una de ellas menor de edad, y se ha intervenido, entre otros objetos, 22 kilos de hachís y 10.800 comprimidos de clonazepam, utilizado para elaborar la droga conocida como karkubi o "droga de los pobres".
En uno de los registros en la ciudad autónoma de Ceuta, en el barrio del Príncipe, se han intervenido 7 kilos de hachís y 10.800 comprimidos de clonazepam.
DESDE CASTILLEJOS A PISOS DE SEGURIDAD
Los ocho detenidos se reparten entre Algeciras (4), Ceuta (3) e Ibiza (1), de los que tres --incluidos los dos líderes-- han ingresado en prisión provisional. En la cúspide se encontraban dos individuos que ejercían el control estratégico y financiero de las operaciones, uno operando desde Ibiza y otro desde Ceuta.
En una primera fase la red operaba desde Marruecos, donde hospedaban a los migrantes en la localidad de Castillejos. Desde aquí se organizaba el pase inicial de los migrantes a través del mar, bien mediante embarcaciones precarias o incluso a nado, en condiciones extremadamente peligrosas, haciendo uso de 'scooteres' subacuáticas para facilitar el cruce de la frontera del Tarajal sin ser detectados.
Una vez lograban franquear la frontera marítima desde Marruecos, los migrantes eran trasladados de forma clandestina en vehículos hasta los denominados "pisos de seguridad" en Ceuta, donde eran retenidos contra su voluntad hasta que abonaban la totalidad del importe pactado por el viaje, que podía ascender hasta 14.600 euros según el país de destino final.
TRAVESÍAS PELIGROSAS Y SIN SEGURIDAD
Aprovechando estos desplazamientos, la organización incrementaba el beneficio económico transportando simultáneamente grandes mochilas con sustancias estupefacientes, según han constatado los investigadores, que destacan la "especial peligrosidad" de las travesías ya que el uso de embarcaciones de fibra se designaba a personas sin experiencia, incluidos menores de edad seleccionados y adiestrados por la propia red.
Estas embarcaciones carecían de chalecos salvavidas, dispositivos de navegación o cualquier medida de seguridad, y solían operar en condiciones climáticas adversas. En muchos casos el número de personas transportadas superaba con creces la capacidad de las embarcaciones, que unido al incremento de peso por la droga cargada, multiplicaba el riesgo de naufragio.